jueves, 1 de enero de 2009

Diario

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Ah, que por lo menos algo se entienda, algo quede de tantas palabras inútiles que he escrito hasta hoy. Este año tiene que ser por fin, me digo (como todos los años me he dicho), el año en que asuma seriamente mis responsabilidades. No más aplazamientos. No más distracciones. Volver a las viejas y esenciales lecturas. Escribir es mi último y único destino. Es mi vida, debe ser mi vida en lo que resta. Si no lo hago, no habré vivido.

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