lunes, 18 de mayo de 2009

Diario

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Todos hablarán hoy de haberlo leído o no. Unos dirán que les ayudó en su formación, porque como poeta, les enseñó a encontrar su propia voz, les abrió los ojos a cierto tipo de realidades, les mostró cómo la poesía podía corresponder también con una posición ética, no sólo estética de la vida. Otros se apartarán. Dirán que no. Que desde el principio adivinaron en él una forma de manipulación ideológica emocional bastante hábil que le valió el éxito editorial. Que en América latina somos bastante lábiles a esta especie de condicionamientos. En algún momento todos, sin embargo, como simples lectores de poesía, tendremos que sentar nuestra posición. La poesía en sí misma dirá su última palabra.

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2 comentarios:

  1. William, cuando Benedetti aborda temas menos previsibles, como sus famosos fraseos de seducción, cuando se enfrenta a otras cosas, otros momentos, y elude su tendencia a discursear o dejar "mensajes", me parece.

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