Polémicas. ¿Y dónde la poesía? En todo caso no en la literatura. La literatura dejémosela a los mercaderes del best seller, a los internautas del ditirambo, a los pantallistas y a los telenoveleros. Ellos ganaron. Que se tapen.
Lo que nos queda es más bien poco. Unos mínimos libros de amigos en la mesa, viejos y desconocidos. Nadie se acuerda de nada. Los mismos poetas han perdido toda memoria del pasado. Sólo recuerdan, confusamente, algún muerto cercano, algún verso cojo y sin referencias ciertas al zocaire del último "viaje". La poesía no queda más remedio que escribirla, anónimamente, como quien se hace su propio café negro a las cuatro de las tardes más desconsoladas e insalvables. De ahí no pasa.
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Bueno Pedro, desde la defensa que hiciste sobre los poetas menores, desde la colabración que nos diste en girardota a los peludos de la biblioteca y el periódico, desde que leí con Mauricio tus textos en mi casa, desde que con Julían leí tus versos con un café, desde que vi tu humildad que el poeta era un puente entre el poema y la hoja en blanco... salí del país tras un amor que me quebró en pedazos. Fui hasta Buenos Aires. Estuve a punto de morir de frío. A mi corazón le dio escarcha. Luego salí y estoy en Lima. Vivo y pienso. Pero lo más grato es encontrar a un verdadero poeta porque cada vez son más escasos y poderle comentar su blog.
ResponderEliminarUn abrazo, CAmilo
Hombre, Camilo. He seguido tu viaje y compartido tus vicisitudes, tus momentos de desaliento y de esperanza, de exultación y de tenebra. Una aventura espiritual más que otra cosa. Me has enseñado muchísimo con tu escritura, con tu lucidez, y te lo agradezco en el alma. Un gran abrazo.
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