sábado, 28 de marzo de 2009

Minicuento

*
VIRGINIS

(Para Bibiana)


La muchacha, de súbito, apareció frente a él, sentada sobre el murito de la fuente. Segundos antes el lugar había estado vacío, solo acompañado del rumor del agua saltando por encima de los tres angelillos de piedra. Lo extraño fue su mirada. Por primera vez en quince o veinte años, una muchacha bella lo observaba a él. No supo qué hacer entonces. No pudo sostener sus ojos en los suyos. Por instinto volvió a inclinarlos sobre el libro, aparentando retomar una lectura interesantísima. En el campo visual, sin embargo, la silueta seductora y magnética se mantenía. Pero cuando levantó el rostro dispuesto a todo, tal como había surgido de la nada, ella se había esfumado. Mas en el aire permaneció largo rato un aroma dulce, indefinible.

(2007)

(Del libro inédito Deshistorias)

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