sábado, 28 de marzo de 2009

Taller de poesía / Ejercicio

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Conteste en la medida de lo posible (y lo imposible), las siguientes preguntas, ojalá en el tono y el sentido de las mismas. Podrá obtener usted, a partir del modelo básico y de acuerdo con su habilidad e intuición, un bello esbozo de poema personal. Puede escoger sólo las que realmente se acomoden con su propósito y ánimo. Basta con contestar al menos la mitad. También puede cambiar la estructura de las preguntas o incluso, el contenido de las mismas.


¿Quién mueve la rueda del tiempo bajo la oscuridad?
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¿Dónde se detiene el mundo a abrevar su sed y recobrar el aliento?
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¿Qué dice la negra escritura de las golondrinas sobre la página abierta del verano?
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¿Cuántos silencios necesita un hombre para entender por fin lo que secretea la muerte en sus arterias?
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¿Cuando llueve sin término estos días de marzo cómo cerrar los grifos celestes sin ofender el sueño de los ángeles?
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¿Cuando las palabras cansadas de su vuelo quieren dormitar, dónde anidarán?
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¿Qué hacer con esos ángeles derribados sobre la vía que dejan ciertos tempestades?
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¿Qué sueñan los niños al otro lado de la guerra, qué cantan los pájaros al otro lado del sueño, qué susurran las hojas al otro lado de la tarde?
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¿Qué ve el espejo en mitad de la noche?
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¿Qué conversan entre sí, una mesa de disección, un paraguas y una máquina de coser?
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¿Quién entraría si alguien abre las puertas de la noche?
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¿Desde dónde viene caminando la noche, qué cadenas arrastra, qué alimento la sustenta, qué penas la acongojan?
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(Anímense a enviar sus respuestas, o a pensar algunas por lo menos, en sus próximos poemas).

4 comentarios:

  1. Me parece interesante este ejercicio, y voy a ensayar mis respuestas. Por supuesto, debe haber infinitas...
    1. Bajo la oscuridad, la muerte mueve la rueda del tiempo, siempre es ella, señora de la profundidad y de la noche, hambrienta de sol y de belleza.
    2. El mundo se detiene a abrevar allí donde la estrella desciende y se hace espejo líquido de luz para la lengua ahita de sangre y guerras...
    3. Un hombre necesita los mismos silencios que el cielo para cubrir la tierra en su abrazo milenario; los mismos que la piedra para volver al fuego y la greda de los nacimientos; los mismos que el fuego para volver al brillo primero de los ojos de Dios.
    4. Cuando llueve sin término estos días de marzo, sólo hay que hacerse viento que acompasa la música y descorrer furtivos las gasas de un sol niño que regresa en puntillas, ángel también él mismo.
    5. Las palabras cansadas de su vuelo anidan en la ceniza, en el humo de las últimas destrucciones, en el vasto huracán que anuncia el apocalípsis.
    6. Con estos ángeles abatidos sobre la vía después de los ocasos, sólo hay que reciclarlos al fuego de la poesía y fabricar con ellos lámparas incandescentes que iluminen las noches de nuestra soledad y la desesperanza de los desterrados.
    7. Los niños no sueñan al otro lado de la guerra, sólo mueren allí dulcemente y sin prisa, pero todos a su hora fueron hojas jugueteando en el viento, como las hojas niños cantando en el bosque, como los pájaros hojas aleteando en el sueño.
    8. El espejo en la noche sólo ve los rostros perdidos de aquellos que aún no saben que están vivos y vagan preguntando por sus nombres a través de las sombras sin que nadie los oiga.
    9. Una máquina de coser, una mesa de disección y un paraguas, sólo pueden hablar del dios oscuro del azar que los junta, y revela en ellos la insólita belleza de la poesía.
    10.Si alguien dejase abierta las puertas de la noche entrarían por ella, la risa del loco, la mano negra del silencio que atenazaría la garganta, el bisbiseo obsceno de los muertos, la rabia venenosa de los amantes contrariados, la grotesca sombra del ahorcado, la nauseabunda desnudez de los demonios, etc. etc.
    11. La noche viene caminando desde siempre, desde antes del grito monstruoso de Dios al dar a luz el mundo. Arrastra el horror, el vacío y la carga de todos los universos fallidos. Ella misma es su pena, su congoja interminable.

    William Valencia

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  2. He estado tanto rato hoy en su blog que me da pena irme sin más, como salir de la casa en madrugada, sin despedirse del amigo que nos contó su relato y nos dio hospedaje.
    Siento dos respuestas y una alegría:
    1. La mueve un minero muy viejo, que busca en lo oscuro instantes y que usa sus recuerdos como luminarias.
    2. Lo he visto ciertas tardes, allí sobre el Atrato, en cuclillas y manos de ánfora ahitarse de aguas y de peces. Los tonos rojizos en el cielo indican su presteza. Son señales. Cuando desaparecen debe seguir de nuevo su huida hacia la noche, huida que es también combate.

    Alegría de poder llamar a su puerta, de contemplar los jardines que hacen de entrada, sus poemas como dos hileras de plantas hilarantes y descreídas: rosas, crisantemos y otras que son tan bien medicina. Atisbo también las hierbas silvestres que han ido creciendo de manera desmedida y ese trébol profuso que es golosina de niños y niñas. Me complace esa humildad con que usted ha ido sembrando sus versos en una maceta cualquiera: una pieza de auto, una olla, un balde, una vasija.
    Ahora me doy cuenta, fisgoneando a través de sus ventanas, que el jardín es un embrague con el resto de la casa: la antesala de un universo mucho más colorido, una parte de la filigrana. Veo desde aquí estatuas y todo tipo de porcelana, excepto caras. Retratos de vivos y muertos en las paredes que de tan silenciosos ya nadie reparaba y, sospechó, ni siquiera recordaba. Peces de colores, muebles con decorados hindúes, los diplomas de bachiller de muchos hombres, si hasta esta Jesús en medio, lo veo muy claro, en todas sus edades, desde el niño dadivoso hasta el otro de trombosis sagradas.
    Estoy aquí en el quicio de su puerta, desconfiando de mis intentos, pues entiendo que usted habita otra casa. Me contento con seguir su taller de escritura, en deslizar estos ejercicios bajo su umbral.

    Saludos.

    F.

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  3. Hombre, Franco. Conmovido. De verdad, y alegre también, por esta visita suya, furtiva y minuciosa, como la de un "ángel terrible"...Muchas gracias y un abrazo.

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  4. Pues mira, esto es algo que podemos agregar en el grupo que quiero hacer. Ojalá me puedas aportar más ejercicios, esto es lo que quiero.
    Te mando un besoteeeeee! Estoy un poco cansada, pero muuyyy feliz!

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