martes, 14 de abril de 2009

Ensayo / El saber rizomático y la Trasversalidad / Silvio Gallo

( Sé que no es fácil "meterle el diente" a este tipo de ensayos aparentemente pesados, escritos por especialistas para especialistas. Pero creo que a la larga, constituye un buen ejercicio de disciplina, de entrenamiento del "músculo mental", preciso para enfrentar los nuevos retos de comprensión ante el mundo que tenemos y para que la poesía misma, que también es conocimiento (el más alto conocimiento), nos sea igualmente accesible).

ABSTRACT: El conocimiento contemporáneo está marcado por una excesiva compartimentación. Esto es fruto de la disciplinaridad, que tiene un doble sentido: tanto induce a la delimitación de un campo específico como a la jerarquización y al ejercicio del poder. La propuesta interdisciplinaria surgió para proporcionar el tránsito entre los varios compartimentos del saber contemporáneo. Debemos preguntarnos: ¿esa propuesta da cuenta de superar la histórica compartimentación del saber? Este artículo defiende que no, y propone su superación, tomando por base un nuevo paradigma para la comprensión del conocimiento: el rizoma y la transversalidad.

En el conocimiento contemporáneo sufrimos una excesiva compartimentación. La organización de las disciplinas las coloca como realidades estanques, sin interconexión alguna, dificultando la comprensión del conocimiento como un todo integrado, la construcción de una cosmovisión abarcadora que permita una percepción totalizante de la realidad.
Una de las tentativas de superación de esta fragmentación há sido la propuesta de pensar un conocimiento interdisciplinar, permitiendo la construcción de aquella comprensión más abarcadora del saber históricamente producido por la humanidad.
Las propuestas intedisciplinares, sin embargo, presentan unos límites muy estrechos, pues chocan com problemas básicos como, por ejemplo, la formación estanque de los propios profesionales, que necesitan vencer barreras conceptuales para comprender la relación de su especialidad con las demás áreas del saber.
Pienso, sin embargo, que la cuestión es todavía más compleja y que necesita de un análisis histórico-filosófico de la producción del conocimiento, para que sea posible llegar a conclusiones de mayor valor. Es lo que propongo iniciar con este trabajo.

Una cartografía del saber

En su afán de conocer el mundo, el hombre produce tecnologías de conocimiento, es decir, aparatos, mecanismos que permitan examinar los aspectos de la realidad que desee transformar en objeto de estudio. Sin tales tecnologías no sería posible el conocimiento o, por lo menos, su desarrollo se daría de forma mucho más lenta. Tales tecnologías son producidas históricamente, de acuerdo con las posibilidades y problemas de cada momento. Por otro lado, el uso de tales tecnologías influyó sobre el propio saber que se produjo, definiéndolo en un campo propio, la tal tecnología, del cual no siempre es posible escapar.
Analizando la problemática de las tecnologías de la inteligencia, Pierre Lévy delimita los "tres tiempos del espíritu", los tres grandes momentos de la historia del conocimiento humano marcados por sus tecnologías específicas: el polo de la oralidad primaria, característico del momento civilizatorio en que la humanidad aún no dominaba las tecnologías de la escritura, y el conocimiento era transmitido a través de la palabra, momento éste dominado por un conocimiento que habitualmente llamamos mitológico; el polo de la escritura, con todo el impacto que esa tecnología generó sobre el saber humano, dio como resultado la constitución de la Filosofía y de la(s) Ciencia(s); y, por fin, el polo mediático-informático, en el cual estamos adentrándonos a partir de la segunda mitad de este siglo veinte y que ya nos permite vislumbrar asombrosas posibilidades para el conocimiento, dada la variedad y velocidad que posibilita.

Cada uno de estos tres polos presenta características propias y diferentes impactos sobre el conocimiento, sobre las tecnologías que utiliza y sobre los saberes que puede desencadenar.

Limitándonos a los aspectos relacionados con nuestro tema, podemos afirmar que la oralidad engendra un saber de tipo narrativo, basado en la ritualidad; la escritura, a su vez, presenta un saber teórico basado en la interpretación, mientras que la informática posibilita un saber operacional basado en la simulación (a través de modelos o previsiones). (1)

El saber basado en la tecnología de la escritura está marcado, así, por el sesgo teórico de la interpretación de la realidad, fundando una noción de verdad que trata la adecuación de la idea a la cosa misma que la interpreta. La propia noción que tenemos del conocimiento hoy, y de su forma de construcción, está marcada, asimismo, por la tecnología de la escritura y por las consecuencias que de ahí se siguen.
En la actividad de la interpretación de la realidad, el ser humano construyó todo el andamio del conocimiento de que disponemos. Inicialmente circunscrito al campo de la Filosofía, tal saber creció tanto al punto de comenzar a ramificarse, dando origen a nuevos campos y áreas del conocimiento. Esa especialización se dio a través de una disciplinaridad, o sea, de la delimitación de campos específicos para cada forma de abordar un determinado aspecto de la realidad, cada uno de ellos continuándo en una disciplina específica e independiente.

La palabra disciplina presenta, sin embargo, un doble sentido: tanto induce a la delimitación de un campo específico como a la jerarquización y al ejercicio del poder.

El proceso de disciplinaridad del saber ya fue extensamente analizado por Foucault, tanto en su aspecto de producción/organización, como en el aspecto de jerarquización política. En ambos casos, queda explícita la íntima relación del saber organizado en disciplinas - Foucault llega a hablar de archivo - con las tecnologías intelectuales suscitadas por la escritura.

Tanto la episteme clásica, fundada en la semejanza, como la moderna, basada en la representación, (2) piden una racionalidad operativa analítica, es decir, que opera por la división del campo en subcampos menores, que pueden ser más fácilmente abarcados y, así, entendidos, representados, etc. Ahora, la constitución de la ciencia moderna se da en el contexto de esta racionalidad operativa y, por tanto, la disciplinaridad se debe a ella. Hemos de tener claro, entonces, que la disciplinaridad no es un hecho natural, sino al contrario, junto de la aplicación de un arsenal tecnológico de conocimiento sobre la realidad, que acaba por circunscreber cualesquiera posibilidades de nuevos saberes. (3) En otras palabras, una vez que modernamente el conocimiento haya sido producido de forma compartimentada, nuevos saberes acaban ya circunscritos a tal o cual compartimento, o bien dando lugar a nuevos compartimentos.

La noción de interdisciplinaridad surgió para proporcionar ese tránsito entre los varios compartimentos del saber contemporáneo, posibilitando un conocimiento más abarcador por ser más interactivo. Mucho se pensó y se escribió sobre las posibilidades del trabajo interdisciplinar, hablándose incluso en muchas perspectivas, como multidisciplinaridad, transdisciplinaridad, interdisciplinaridad lineal, cruzada, unificadora, estructural, etc. Debemos, entre tanto, colocar la siguiente cuestión: la propuesta interdisciplinar ¿da realmente cuenta de superar la histórica compartimentación del saber? Para responderla es necesario que hagamos una incursión por la teoría del conocimiento y por sus paradigmas.

El conocimiento: paradigma arborescente versus paradigma rizomático
La metáfora tradicional de la estructura del conocimiento es arbórea: el es tomado como un grau árbol, cuyas extensas raíces deben estar arraigadas en suelo firme (las premisas verdaderas), con un tronco sólido que se ramifica en gajos y más gajos, extendiéndose así por los más diversos aspectos de la realidad. Aunque sea una metáfora botânica, el paradigma arborescente representa una concepción mecânica del conocimiento y de la realidad, reproduciendo la fragmentación cartesiana del saber, resultado de las concepciones científicas modernas.

Veamos. El tronco del "árbol de la ciencia" sería la propia Filosofía, que originariamente reunía en su seno la totalidad del conocimiento; con el crecimiento progresivo del "árbol", adobado intensamente por la curiosidad y sed de saber propia del ser humano, ella comienza a desenvolver los ramos de las más diversas "especializaciones" que, aunque mantengan sus legaduras con el tronco - se nutren de su savia y a él le devuelven la energía conseguida por la fotosíntesis de las hojas en sus extremidades, en un proceso de mutua alimentación/fecundación - apuntan a las más diversas direcciones, sin guardar entre sí otras legaduras que no sean el tronco común, que no sea la legación histórica de su genealogía. Para ser más preciso, las ciencias se relacionan todas con su "tronco común" - por lo menos en el aspecto formal y potencialmente - aunque no consigan, en el contexto de este paradigma, relacionarse entre si.

El paradigma arborescente implica una jerarquización del saber, (4) como forma de mediatizar y regular el flujo de informaciones por los caminos internos del árbol del conocimiento.
Pero, ¿será, de hecho, que el pensamiento y el conocimiento siguen la estructura propuesta por un paradigma arborescente?
¿ No será tal paradigma un modelo compuesto posteriormente y sobrepuesto al conocimiento ya producido, como forma de abarcarlo, clasificarlo y, así, facilitar el acceso a él y su dominio, pasando a determinar la estructura de nuevos conocimientos que fueran creados? Si así fuera, ¿ no sería razonable conjeturar que el pensamiento procede - o puede proceder - de otra manera, menos jerarquizada y más caótica?
¿No sería razonable suponer que el el paradigma arborescente sea otro fruto de las tecnologías de conocimiento producidas en el contexto del polo de la escritura, del que habla Lévy, circunscribiendo el conocimiento producido en este contexto?
Deleuze y Guattari apuntan una posible respuesta al afirmar que el pensamiento y el cerebro están mucho más próximos a sistemas caóticos e inciertos que a la ordenación jerárquica arborescente.

De hecho, cuando ingresamos en un polo nuevo, aquel marcado por las tecnologías de los medios de comunicación y de la informática, nuevas perspectivas comienzan a presentarse, aunque aún turbadas por las bromas de la anterior. (5) Una primera manifestación fue con la ecología, ciencia que ya no puede ser insertada en el contexto de la disciplinaridad clásica y que rompe con los "cajones" de varios archivos, surgiendo en la intersección de varios campos, como la Biología, la Geografía, la Ciencia Politica, la Sociología y la propia Filosofía. Creo que para pensar esa nueva realidad, es necesario la introducción de un nuevo paradigma de conocimiento.

En la introducción a la obra Capitalisme et Schizophrènie: Mille Plateaux, publicada en Francia en 1980, Giles Deleuze y Félix Guattari presentan la noción de rizoma. Los autores tratan de la cuestión del libro y procuran contraponer un paradigma rizomático al paradigma corriente, que ve el libro como una raíz: "el árbol es la imagen del mundo, o mejor, la raíz es la imagen del árbol - mundo". (6) La perspectiva arbórea remite a la unidad: el libro es el resultado de una ramificación que, en última instancia, pertenece siempre al mismo.

Usan la metáfora matemática de lo fractal: aquello que se asemeja a una multiplicidad se revela, al analizarse mejor, como el resultado de una reproducción al infinito de una única forma. El rizoma, por otro lado, nos remite a la multiplicidad. La metáfora del rizoma subvierte el orden de la metáfora arbórea, tomando como paradigma imagético aquel tipo de tallo radiciforme de algunos vegetales, formado por una miríada de pequeñas raíces ammarañadas en medio de pequeños bulbos almacenaticeos, ponendo en cuestión la relación intrínseca entre las várias áreas del saber, representadas cada una de ellas por las innúmeras líneas fibrosas de un rizoma, que se entrelazan y se agarran formando un conjunto complejo en el cual los elementos remiten necesariamente unos a otros así como afuera del propio conjunto.

El paradigma rizomático es regido por seis principios básicos: (7)


A. Princípio de conexión: cualquier punto de un rizoma puede ser/estar conectado a cualquier otro; en el paradigma arbóreo, las relaciones entre puntos necesitan ser siempre mediatizados obedeciendo a una determinada jerarquía y siguiendo un "orden intrínseco".
B. Princípio de heterogeneidad: dado que cualquer conexión es posible, el rizoma se rige por la heterogeneidad, en tanto que en el árbol la jerarquía de las relaciones lleva a una homogeneización de las mismas; en el rizoma esto no ocurre.
C. Princípio de multiplicidad: el rizoma es siempre multiplicidad que no puede ser reducida a la unidad; un árbol es una multiplicidad de elementos que puede ser "reducida" a ser el completo y único árbol. No ocurre lo mismo con el rizoma, que no posee una unidad que sirva de pivote para una objetivación/subjetivación: el rizoma no es sujeto ni objeto, sino múltiplo. "Las multiplicidades son rizomáticas, y denuncian las pseudo-multiplicidades arborescentes". (8)
D. Princípio de ruptura a - significante: el rizoma no presupone cualquer proceso de significación, de jerarquización. Aunque sea estratificado por líneas, siendo, así, territorializado, organizado, etc, está siempre sujeto a las líneas de fuga que apuntan a nuevos e insospechadas direcciones. Aunque se constituya en un mapa, como veremos seguidamente, el rizoma es siempre un esbozo, un devenir, una cartografía trazándose siempre nuevamente, a cada instante.
E. Principio de cartografía: el rizoma puede ser mapeado, cartografado, y tal cartografía nos muestra que posee entradas múltiples, es decir, el rizoma puede ser abordado desde infinitos puntos, pudiendo, de ahí, remitir a cualesquiera otros en su territorio. El paradigma arborescente remite al mismo porque "toda la lógica del árbol es una lógica de la copia, de la reproducción". (9) El rizoma, sin embargo, en cuanto mapa, posee siempre regiones insospechadas, una riqueza geográfica pautada en una lógica del devenir, de la exploración, del descubrimiento de nuevas facetas.
F. Principio de decalcomanía: los mapas pueden, no obstante, ser copiados, reproducidos; colocar una copia sobre el mapa no siempre es garantía, pese a una yuxtaposición perfecta. Lo inverso es la novedad: colocar el mapa sobre las copias, los rizomas sobre las árboles, posibilitando el surgimiento de nuevos territorios, nuevas multiplicidades.

De esta manera, la adopción de un nuevo paradigma del saber significa, al mismo tiempo, un nuevo abordaje del propio conocimiento; para Deleuze y Guattari, el saber pasa a ser una funcionalidad. (10)

El paradigma rizomático rompe, así, con la jerarquización - tanto en el aspecto del y de la importancia, como en el aspecto de las prioridades en la circulación - que es propia del paradigma arbóreo. En el rizoma son múltiplas las líneas de fuga y por tanto múltiplas las posibilidades de conexiones, aproximaciones, cortes, percepciones, etc. Al romper con esa jerarquía estanque, el rizoma pide, sin embargo, una nueva forma de tránsito posible por entre sus innúmeros "devenires"; podemos encontrarla en la transversalidad.

Transversalidad y el tránsito entre los saberes

La noción de transversalidad fue desarrollada al comenzo de los años sesenta por Félix Guattari, al tratar de las cuestiones ligadas a la terapéutica institucional, proponendo que ella sustituyese a la noción de transferencia:
"Transversalidad en oposición a:
- una verticalidad que encontramos por ejemplo en las descripciones hechas per el organograma de una estructura piramidal (jefes, subjefes, etc):
- una horizontalidad como la que se puede realizar en el patio del hospital, en el pabellón de los perturbados, o mejor todavia en el de los ancianos, es decir, una cierta situación de hecho en que las cosas y las personas se adapten como puedan en la situación en que se encuentren". (11)
Podemos, así, tomar la noción de transversalidad y aplicarla al paradigma rizomático del saber: ella sería la matriz de la movilidad por entre los lazos del rizoma, abandonando los verticalismos y horizontalismos que serían insuficientes para un abarcamiento de visión de todo el "horizonte de eventos" posibilitado por un rizoma.
Las propuestas de una interdisciplinaridad puestas hoy sobre la mesa apuntan, en el contexto de una perspectiva arborescente, para integraciones horizontales y verticales entre las varias ciencias; en una perspectiva rizomática, podemos apuntar a una transversalidad entre las varias áreas del saber, integrándolas, si bien no en su totalidad, per lo menos de una forma mucho más abarcadora posibilitando conexiones inimaginables a través del paradigma arborescente. Asumir la transversalidad es transitar por el territorio del saber como las sinapsis viajan por las neuronas, un viaje aparentemente caótico que construye su(s) sentido(s) a la medida en que desarrollamos su ecuación fractal.

En esta perspectiva, podemos afirmar que la propuesta interdisciplinaria, en todos sus matices, apunta a una tentativa de globalización, este canon del neoliberalismo, remitiendo a lo Uno, a lo Mismo, intentando coser lo incosible de una fragmentación histórica de los saberes. La transversalidad rizomática, a su vez, apunta a un reconocimiento de la pulverización, de la multiplicación, para respetar las diferencias, construyendo posibles tránsitos por la multiplicidad de los saberes, sin procurar integrarlos artificialmente, pero estableciendo policomprensiones infinitas.

Notas

(1) Cf. Lévy, As Tecnologias da Inteligência, Rio de Janeiro: Ed. 34, 1993. Cuadro recapitulativo en la página 127.
(2) Cf. Foucault, As Palavras e as Coisas, São Paulo: Ed. Martins Fontes, 1990.
(3) Ver la noción de epistéme que Foucault desarrolla en Les Mots et les Choses; sobre ella, Roberto Machado escribió que: "episteme no es sinónimo de saber, significa la existencia necesaria de un orden, de un principio de ordenación histórica de los saberes anterior a la ordenación del discurso estabelecida por los criterios de cientificidad e independiente de ella. La epistéme es el orden específica del saber; es la configuración, la disposición que el saber asume en determinada época y que le confiere una positividad en cuanto saber" (Ciência e Saber: a trajetória da arqueologia de Foucault, Rio de Janeiro: Ed. Graal, 1982, p. 148-149)
(4) Recordar la clasificación de las ciencias positivas de Comte, o tanbiém el "círculo de las ciencias" de Piaget.
(5) En su ensayo, ya citado, Pierre Lévy aborda las relaciones de la Filosofía, que surge con la tecnología de la escritura, con el mito, conocimiento que marca el polo anterior, o de la oralidad; los propios escritos platónicos, en la primacía de la utilización de la escritura, recurren a la forma de diálogo, es decir, a un trazo del polo anterior.
(6) Deleuze y Guattari, Capitalisme et Schizophrènie: Mille Plateaux, Paris: Ed. Minuit, 1980.
(7) Cf. Deleuze y Guattari, op. cit., p. 13-21.
(8) Ibidem, p. 14
(9) Ibidem, p. 20.
(10) Deluze y Guattari, O que é a filosofia? Rio de Janeiro: Ed. 34, 1992, p. 275.
(11) Guattari, A Revolução Molecular, São Paulo: Ed. Brasiliense, 1985, p. 93-94.

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RIZOMA (RHIZOME):
Este documento resume algunas de las ideas actuales sobre el uso metafórico del concepto de Rizoma en la discusión epistemológica.
àEpistemologia de la Complejidad; àRedes (concepto epistemológico de -), àOrganización de Sistemas de Conocimiento; àDeleuze

Definición en botánica –
(àwww.wikipedia.com) :
El “rizoma” es la parte subterránea, generalmente horizontal, de un entretejido de raices de ciertas plantas. Puede ramificarse y permitir que desde una parte de ese entramado surjan otros tallos y permite así la multiplicación vegetativa de la planta, su proliferación, a veces muy rápida.


Para comprender el concepto de rizoma en su sentido originario (un concepto de la Botánica) la primera diferencia que debe establecerse es la de configuración individual-arborescente y configuración rizomática. Además hay que corregir una tendencia habitual en el observador de la vida vegetal, de dar más importancia a lo que se ve "arriba", como tallos o troncos con sus ramas etc., que lo que está abajo. Esa tendencia se manifiesta, por ejemplo, ante un árbol arrancado de raíz por una tempestad, en la expresión. "jamás imaginé que este árbol tendría semejantes raíces." Pero frente a esa estructura visible, en la parte superior, con un solo eje o varios pero estos últimos de igual o similar valor, encontramos, abajo, un entramado aparentemente caótico, que parece no responder a ningún orden jerárquico pero con una capacidad de auto-regeneración de la que carecen, organismos “superiores” como los animales, que no tienen la posibilidad de regenerar un individuo nuevo desde una parte de ellos mismos. En cambio, muchas plantas se reproducen desde un "gajo", en especial las rizomatosas.
Lo que diferencia, sobre todo al rizoma de otras plantas se manifiesta precisamente en la parte que normalmente no se ve (pero que es la que muestra la fotografía adjunta): por debajo del suelo también hay una estructura. En una raíz de un árbol, por ejemplo, la estructura subterránea es similar, casi simétrica a la superior arborescente. En cambio, el rizoma muestra un entramado de raicillas entrelazadas que es lo que permite manejar rollos de cesped como si fueran una alfombra que luego se despliega sobre el campo de futbol. Y además, en el rizoma, con cuando se trabaja con un gajo para lograr una nueva planta, el gajo viene de otro individuo, da origen a otros gajos y sin reproducirse sexualmente permite vivir infinitamente, por así decirlo.
Mirando desde "arriba" hacia el suelo cuando se ve el entramado de un césped no se sabe si es un individuo o muchos: arriba hay un césped que está formado por hojitas y tallitos. Si se tira de un tallito empezará a desarmarse una trama que es el sistema rizomatoso que lo ha generado. Por lo cual, no sabemos si lo que tiene uno en la mano es "un" individuo o parte de un todo casi indiferenciado.

Aplicación de la metáfora de la vida vegetal al ámbito de las Ciencias Humanas
Se atribuye un primer uso de esta metáfora a Carl Jung, el discípulo de Freud que tanto trabajó sobre formas de articularse el pensamiento humano a niveles pre-lógico o pre-predicativos (el nivel del inconsciente o subconsciente freudianos fue reelaborado en esos trabajos).
"La vida siempre me pareció ser como una planta que extrahe su vitalidad de su rizoma; la vida propiamente dicha de esta planta no es pues visible, pues yace en su rizoma. Lo que se hace visible por encima del suelo no se mantiene sino un único verano, luego se marchita. (…) Aparición efímera. Cuando se piensa en el devenir y en el desaparecer infinitos de la vida y de las civilizaciones se saca una impresión de vanidad de vanidades; pero personalmente nunca he perdido el sentimiento de la perennidad de la vida bajo ese eterno cambio. Lo que vemos es la floración – y ésta desaparece – pero el rizoma permanece” (Prólogo de Jung a “Mi vida, recuerdoss sueños y pensamientos”).
Gilles Deleuze y Félix Guattari utilizan la metáfora del Rizoma para definir uno de los conceptos centrales de su obra: "Mille plateaux. Capitalisme et schizophrénie" (Mil Mesetas). En el capìtulo de introducción afirman:
"Un rizoma no comienza y no termina, siempre está en el medio, entre las cosas, es un ser-entre, un intermezzo. El árbol es filiación, pero el rizoma es alianza, únicamente alianza. El árbol impone el verbo “ser”, pero el rizoma tiene por tejido la conjunción “y … y …y…”. En esta conjunción hay fuerza suficiente para des-enraizar el verbo ser (….). Entre las cosas, no dessigna una relación localizable y que va de uno a otro, y recíprocamente, sino una dirección perpendicular, un movimiento transversal que lleva uno al otro, arroyo sin comienzo ni fi, que corroe sus orillas y toma velocidad entre las dos”.
Deleuze-Guattari llegan a plantear la cuestión de si lo específico de la Botánica no será el “rizomorfismo”. Incluso consideran como seguimiento de ese principio la organización de los colectivos animales como las ratas, o como las “viviendas” de los animales estructuradas en sus distintas furnciones en forma rizomórfica: como vivienda, almacén de alimentos, espacio para el movimiento, escondite y punto de partida para sus cacerías. Y un rizoma puede revestir las formas más diversas, desde una amplísima expansión de sus entramados en todas las direcciones – lo que vemos en la superficie – hasta nudos de condensación en sus cebollas u otros bulbos.

RELEVANCIA EPISTEMOLÓGICA DE LA METÁFORA: “RIZOMA”
El término “rizoma” fue introducido en la discusión epistemológica por àDeleuze-Guattari que en su obra “Mil Mesetas – Capitalismo y Esquizofrenia” recurren al uso metafórico de “rizoma”, un término de la botánica, para explicar un tipo de lazos entre contenidos cognoscitivos que contraponen al tipo de articulación de contenidos más usual - en ramificación progresiva desde un concepto inicial, como tronco del que van surgiendo ramas que a su vez se dividen en ramas menores etc. Éste es el modo más habitual de articulación de contenidos en las ciencias formales (teorías matemáticas o lógicas, por ejemplo en los Elementos de Geometría de Euclides – y que llega a los esquemas de articulación formalizada de Hilbert o Brouwer) o en las exposiciones sistemáticas de cualquier disciplina en que se comienza por unos principios o tesis iniciales y luego se van articulando en progresivo desglose el resto de sus contenidos.
Aunque la obra de Deleuze-Guattari tiene un alcance más restringido, pues es una crítica a las ideas del capitalismo que se inició utilizando categorías del psicoanálisis (El Anti-Edipo), ha sido la difusión del nuevo Medium que es el WEB (Internet) lo que ha reactivado el interés por el uso de esta metáfora como categoría epistemológica al encontrar ciertas similitudes con los conceptos de “Redes” (Redes Neuronales – Hipertexto – etc.).
Para una reflexión epistemológica, el aprovechamiento de este concepto-metáfora, “rizoma”, abre una alternativa a la idea tradicional de vinculación o encadenamiento de tipo deductivo y lógico. Estas articulaciones entre los contenidos, por ejemplo de una teoría sistematizada, eran concebidas normalmente como estructuras arborescentes o jerárquicas (àJerarquía, concepto lógico-formal de-). Evidentemente, en esa concepción tradicional, se daba por supuesto la total diferencia entre la esfera de lo objetivo y la de las construcciones del observador (concebidas éstas ya sea en dependencia de condicionamientos del sujeto, ya sea como articulación de proposiciones formuladas a su vez en articulación de lenguaje observacional y de lenguaje teórico). La filosofia antigua no cuestionaba la “correspondencia” (àteorías de la verdad) entre las “esencias” de las cosas y los conceptos sobre ellas. El àárbol de Porfirio con su articulación de género, diferencia específica y especies (Ejemplo: género: animal; diferencia: racional; especie: hombre = animal racional) es uno de los muchos casos de empleo de tal esquema
La metáfora del rizoma ayuda a romper con este paradigma epistemológico clásico. Por un lado niega la necesidad de que los contenidos de cualquier saber deba configurarse según ese modelo de jerarquía arborescente en múltiples desgloses desde un tronco inicial común. En su lugar postula una forma mucho más libre de articulación de tales contenidos que se entrelazan (como los conceptos de una enciclopedia definidos unos a partir de otros). Por otra parte, y es en este punto en el que radica la relevancia de esta metáfora del rizoma (en cuanto éste no permite “diferenciar” individuos en esa trama vegetal) posibilita modificar radicalmente la concepción básica de la epistemología tradicional (desde el platonismo y aristotelismo a la misma Filosofía Analítica) al prescindir de la diferencia básica entre sujeto y objeto. Esto es, la idea metafórica del “rizoma” no presupone un sujeto observador separado, individualizado y distinto de la realidad que observa, sino ayuda a concebir al observador, o a la comunidad de observadores (comunidad científica) como inmersos ellos mismos en una red, en constante flujo y cambio, de relaciones de interdependencia en las que las “operaciones de observación” (incluyendo ahí el trabajo de construcción a nivel de percepción o de posterior conceptualización e interpretación) no son algo separado o “distinto” esencialmente del resto de las operaciones en que se mantiene y desarrolla vivo el entramado del “rizoma” total de materia, vida, y toma de conciencia de ese cosmos en las construcciones científicas, filosóficas o religiosas hechas desde el interior de ese cosmo-rizoma que es la realidad.
Es sobre todo en este sentido, que aquí sólo se indica y resume, como el concepto metafórico de “rizoma” se convierte en un concepto central para la àEpistemología de la Complejidad”, y debería ser estudiado también desde la perspectiva de la àLógica Transclásica o Policontextural.
Auto-aplicación del concepto de Rizoma a este Web:
Los documentos de esta Web sobre Materiales para la Epistemologia, que hemos definido como estructura en àHipertexto, siguen por tanto la Logica de la Red-Rizoma que consideramos más adecuada a la realidad de los distintos modos del pensamiento humano que la clasica estructura “jerárquica” de los tratados y exposiciones filosóficas, teóricas, cientificas etc.
La metáfora del Rizoma y el pensar crítico

Con Guattari, Deleuze contrapone rizoma a árbol. La metáfora de las ramificaciones arborescentes ayuda a entender una especie de programa mental, nos plantan árboles en la cabeza: el de la vida, el del saber, etc. Y el poder, en la sociedad, es siempre arborescente – la metáfora visualiza, comunica mejor el sentido de esa estructura que el descriptor “jerarquía”. Pero en la organización del saber, casi todas las disciplinas pasan por esquemas de arborescencia: la biología, la informática, la lingüística (los autómatas o sistemas centrados). En realidad, no se trata de una simple metáfora (en su sentido lingüistico) sino lo que nos hace entender esa metáfora es que existe todo un aparato que se planta en el pensamiento, un programa de funcionamiento para obligarlo a ir por el “buen” camino, el de las ideas “justas” (naturalmente: según la mente del programador social, de ese Big Brother refugiado en el anonimato pero con dependencias muy firmes frente a los “poderes fácticos”). La metáfora del árbol aclara cómo se articulan, en la comunicación social, los esquemastismos de poder: hay un punto de origen, germen o centro; es una máquina binaria o principio de dicotomía con sus ramas repartidas y reproducidas perpetuamente, sus puntos de arborescencia; eje de rotación que organiza los círculos alrededor del centro y las cosas en círculos; es estructura, sistema jerárquico de transmisión de órdenes, con instancia central y memoria recapituladora; hay un futuro pasado, una raíces y una copa, toda una historia, una evolución, un desarrollo o momento de desarrollo.
La contraposición “árbol” / “rizoma” puede así utilizarse en la revisión crítica de las estructuras de poder vigentes en la sociedad. Prácticamente todos los sistemas sociales organizados la seguían sin cuestionar siquiera el que pudiera no ser la más adecuada.
Retrospectivamente se constata que los esquemas de poder jerárquico partían antes de Dios como fuente de todo poder legítimo, que pasaba ramificandose a los reyes, y de estos a sus ministros o gobernadores etc. .... El esquema arborescente era además Emanacionista: el faraón, fruto de una emanación divina, y él mismo divino, en cuanto pastor de su rebaño (la metáfora del buen pastor en el evang. de Juan quizá debería ser reexaminada en su dependencia ideológica, justificante del poder del nuevo representante divino, de las ideas sobre el faraon dueño total de todo, una imagen poco idílica ciertamente), es decir, como imperante total de las tontísimas ovejas que son sus súbditos que además le costean con sus tributos sus lujos, es también una aplicación del esquema árbol
Sólo muy recientemente, en el ámbito del estudio de las organizaciones se ha empezado a pensar en “Keiretsus” (redes de empresas japonesas con vínculos de todo género pero sin capital comun) y en las “Networks” de empresas de alta tecnología con muchos proveedores, socios en investigación etc. donde la “descentralización” es muy amplia.
Uno de los aspectos de la metáfora del rizoma es el de la contraposición entre organismo carente de división en individuos a organismo individualizado. Este aspecto ciertamente necesitará más precisiones, pues esa no-individuación del rizoma podría servir, en el empleo metafórico del concepto, para replantear una de las presuposiciones esenciales de la teoría económica, sobre todo acentudada en las tenedencias del Neoliberalismo, al que podemos considerar como una forma de "fundamentalismo" de lo individual en su valoración exclusivista del potencial de desarrollo de lo individual, y que le hace olvidar que la “solidaridad” (a la que se condena aprióricamente como tendencia al igualitarismo comunista) quizá tenga sus raices en la misma estructura “rizomática” de la especie humana a su vez rizomáticamente interdependiente con el todo natural (el Neoliberalismo ve asismismo, y consecuentemente con su fundamentalismo individualista, a todo el movimiento ecológico como algo esencialmente contradictorio con la libertad humana (que reduce, por su parte a la libertad de acción en el contexto del mercado).


Discusión: Rizoma y Heterarquía

Hoy, la metáfora-concepto del “rizoma2 se utiliza para describir la estructura del Ciberespacio y sus redes dinámicas complejas, tal como se utilizan hoy en el WEB. En particular, también en la investigación sobre la Définition Intelligence Collective. En ese contexto se ha configurado el concepto de rhizominisation. Es en este sentido en que, por ejemplo, Ken Wilber emplea el término de Heterarquía para delimitar un tipo de organización horizontal (entre contenidos del conocimiento) inscrita a su vez en una jerarquía de niveles de complejidad.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y EN EL WEB
DELEUZE, Gilles y GUATTARI F. " Rizoma" Minuit, Valencia/77.

Hipervínculos en francés

Rhizome, àwikipedia
Paysageologie psychogéographique de la schizosphère postmoderne : même si le titre peut faire peur, il ne faut pas manquer ce formidable article qui passe en revue la réflexion "rhizomatique" de ces 50 dernières années.

Hipervínculos en inglés

Can the Internet be used as an example of the "Rhizome" from Deleuze and Guattari's A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizophrenia ?
(creado por: Jean-Francois Noubel modificacion 30/04/2004 [13:53:54 UTC]
y la •respuesta, en:
Rhizome@Internet: using the Internet as an example of Deleuze and Guattari's "Rhizome
http://www.socio.demon.co.uk/rhizome.html

Hipervínculos en alemán

• Baum des Wissens
• Baum der Wissenschaft
• Arbor porphyriana
• Taxonomie
• Familienähnlichkeit
LITERATURA
• Gilles Deleuze, Félix Guattari: Mille plateaux. Paris 1980; dt. Ausg.: Tausend Plateaus. Kapitalismus und Schizophrenie. Berlin 1992
• Gilles Deleuze, Félix Guattari: Rhizome (Internationale marxistische Diskussion; 67). Paris, 1976; dt. Ausg.: Rhizom. Berlin: Merve 1977. ISBN 3920986830
• Gilles Deleuze, Félix Guattari: Mille plateaux. Paris 1980; dt. Ausg.: Tausend Plateaus. Kapitalismus und Schizophrenie. Berlin: Merve 1992. ISBN 3883960942 und ISBN 3-88396-087-X
• Gilles Deleuze, Félix Guattari: Der Faden ist gerissen (Internationale marxistische Diskussion; 68). Berlin: Merve 1977. ISBN 3920986849
• Gilles Deleuze, Arnauld Villani, Antonio Negri, Clemens-Carl Härle (Herausgeber): Karten zu Tausend Plateaus. Berlin: Merve 1993. ISBN 3883961000
• Umberto Eco: Im Labyrinth der Vernunft. Texte über Kunst und Zeichen (Reclams Universal-Bibliothek; 1285). Leipzig : Reclam, 1989. ISBN 3-379-00452-9
• Stefan Heyer: Deleuzes & Guattaris Kunstkonzept: ein Wegweiser durch tausend Plateaus. Wien: Passagen-Verl., 2001 (Zugl.: Essen, Univ., Diss., 2000). ISBN 3-85165-494-3
• Frank Hartmann: Medienphilosophie. Wien 2000
WEBLINKS
http://www.uni-protokolle.de/Lexikon/Rhizom_(Philosophie).html

Richard Barbrook: Die heiligen Narren. Deleuze, Guattari und die High-tech Geschenksökonomie (22.12.1998). In: Telepolis: Medientheorie -- http://www.heise.de/tp/deutsch/special/med/6344/1.html


(Silvio Gallo, filósofo, Universidad Metodista de Piracicaba
gallo@TURING.UNICAMP.BR)
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