lunes, 9 de noviembre de 2009

Decálogo del poeta / María Vásquez Benarroch / Colaboración, David Marín

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1. Sólo quien entra en poesía como se entra en una religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un poeta y escribir una obra que lo trascienda.

Religión viene de “religare”, volver a unirse con las cosas fundamentales del universo. Escribir poesía no es un juego, tiene un alto costo espiritual, y es un templo donde la Diosa pide su tibia limosna día a día, entonces... entra a ese templo con el debido y sagrado respeto: no entregues basura al lector, exponte en carne viva en cada línea. La recompensa será la eternidad.

2. No hay poetas precoces. Todos los grandes, los admirables poetas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción, de lecturas y de disciplina, de pasión por la escritura, que siempre será el primer interés... si puedes dejar de escribir, un día, y otro, y otro, dedícate a otra cosa, no pierdas tu tiempo pavoneándote de poeta.

3. La poesía es lo mejor para defenderse contra el infortunio. Es terapéutica, sanadora, para quien lo escribe y para quien lo lee, por eso debe ser escrita con el corazón y revisada con la razón.

4.En todo poema, aun aquel lector de la imaginación más pobre debe poder rastrear un punto de partida, una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Si el poeta no tiene la capacidad de que lo entienda quien lo lee, simplemente “no existe”. No tiene derecho a existir para el lector.

5. Un poema es, por definición, una realidad que es —y sin embargo finge no serlo—, una creación cuyo poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de las técnicas del lenguaje y de la escritura, semejantes a las de los magos, que hacen magia con técnica, sin que la técnica se note. Por eso aprende las herramientas de tu idioma, las del oficio, trabaja profundamente los títulos (son la puerta de entrada al poema, a la vida), no cometas asesinatos ortográficos, ni saques a pasear tu ignorancia con impudicia... lee, lee, lee y vuelve a leer.

6. En esto consiste la autenticidad o sinceridad del poeta: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas en cada poema. Escribe hoy como si fuera tu último día de vida, ese desgarramiento o esa alegría quedará para siempre en el poema.

7. El poeta que no escribe sobre aquello que en su interior lo trastorna, lo estimula y le exige, y fríamente escoge asuntos o temas porque piensa que de este modo alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal poeta (aunque alcance el éxito, las librerías está llenas de pésimos poetas “jóvenes” hasta los 60 años y “famosos” entre ellos).

8. La mala poesía que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence, no conmueve nada en nosotros. El fin de un buen poema es conmover a quien lo lea, si al leerlo no pasa nada, es un mal poema.

9. La historia que cuenta un poema puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para que el poema sea genuino y tenga vida. Lee y relee lo que escribes, con exigencia, sin conmiseración, no vaya a ser que en unos años te arrepientas de publicar un poema débil o mediocre.

10. La sinceridad o insinceridad es, en poesía, un asunto ético y además estético. Si bien es cierto que la literatura es puro artificio, la gran poesía consigue disimularlo y la mediocre lo delata. Lo que guardan los siglos de grandes poetas como Homero, Safo, Ovidio, Shakespeare, Byron, y muchos más, es lo auténtico de su escritura, que trasciende modas, gustos de época, historia y tendencias, porque esa escritura resuena aún en nuestros corazones con la misma fuerza de los días en que fue escrita. Un buen poema, tenga los años que tenga de escrito, debe poder leerse y tocar nuestro corazón, como si fuese escrito hoy.

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(Tomado de la revista electrónica : LETRALIA)

10 comentarios:

  1. Excelente! Esto también es poesía pura. Me llegó al corazón!
    ---> "Si el poeta no tiene la capacidad de que lo entienda quien lo lee, simplemente “no existe”. No tiene derecho a existir para el lector." Genial!
    Besos!

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  2. un decálogo perfecto para taller de literatura... así un@ se evita estar constantemente repitiendo y argumentando sobre lo mismo, ... gracias por la ilustración,

    besos + besos, Ro

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  3. Querido Pedro, necesito tu autorización para publicar este decálogo aquí:
    http://intermezzotumusicainteractiva.ning.com/

    Pues no sé si estás en el momento para participar en una página (lo que me haría muy feliz) Si entras y husmeas un poco, me dirás algo y yo te contaré el resto jeje
    Allí soy Claudia Méndez, apoyando la música y aportando incentivos a los que deseen concursar en diversas ramas del arte.
    Besos!

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  4. Ahhh acabo de darme cuenta ahora que el decálogo no es tuyo, bueno, podría haber sido... tu dices cosas geniales. Lo que me habilita para reafirmar el pedido del comentario anterior: me encantaría publicar los tuyos propios (algo había leído por ahí...)
    Un beso enorme! Es verdad, no hay prisa, es solo mi impaciencia por contarte cosas.
    Sé feliz mi amigo!

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  5. Claro, mi querida Danik, no necesitas ninguna autorización para poner lo que desees. Es un honor que algo de estas cosas te sirva para algún propósito. Y gracias también por la invitación a tu Intermezzo. (Poco a poco voy retomando mi participación en estas páginas). Un abrazote.

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  6. Un verdadero decálogo. Sus palabras me tocaron. Me parece importante asimilar e interiorizar este texto para alguien que escribe.

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  7. Palabras que van hacia el bullicio que se teje en nuestra mente para frenarla un poco. aunque la locura en ella es inevitable...
    Pero este decálogo es un himno a aquellas personas
    que anhelan plasmar algo ya sea pintando, escribiendo, observando hasta enredar el orbe en su propio juguete.
    Margarita Maria Perez P.

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  8. Hola caballero.
    Donde estás??
    Tal vez oculto
    y tejido en ese delicioso
    decálogo que va en pos del que escribe
    hasta con una mirada.

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  9. gracias a todos por sus comentarios y muy especialmente al dueño del blog, por publicar mi decálogo.
    a quienes quieran publicarlo, les ruego que lo hagan con mi nombre bien escrito: mharía vázquez benarroch, así con ache, y que le agreguen al crédito que doy un taller de poesía que se llama IMAGO MUNDI, en Caracas, Venezuela.
    mil gracias a todos por sus bellas palabras.

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