martes, 21 de abril de 2009

Diario

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Es injusticia poética pedirle a quien escribe por primera vez, —a quien se esfuerza en hacerlo lo mejor posible y por fin, en su vida– que no caiga en el lugar común, que huya de él como de la plaga. Injusticia porque, si de rigurosos nos preciamos, deberíamos admitir que a la postre nadie en verdad alcanza a salir tan indemne y pulcro del intento, o más bien, de la aventura. Escribir, claro, es una lucha utópica por derrotar ese enemigo odioso, vil asesino de ilusiones adolescentes...Pero, muchas veces, por no decir casi siempre, el maldito se disfraza sutilmente de novedad estilística, de exuberancia expresiva, de arrebato vanguardista, de giro irreverente, de metáfora brillante...Qué sabemos. Algo que sólo con el tiempo y su desnudamiento implacable, vuelve a quedar en descubierto. El terrible lugar común sigue allí, viviendo tranquilo al cabo de los años, instalado cómodamente como una bestezuela rubicunda, al abrigo de nuestros pobres poemas y cuentos que tan orgullosos nos hicieron sentir en otro momento.
Y para completar, descubrimos casi al final, resignados, que el lugar común ya no era la frase de cajón, la metáfora vacía, la expresión desgastada que usamos por falta de atención, de experiencia, de agudeza y originalidad, sino toda la obra misma en bloque, acumulada por la fuerza ciega del "instinto creador", del "impulso generatriz del alma poética" que hizo de nosotros esos seres "nimbados por el destino", "transfigurados por el rayo de la inspiración". ¡La patada!

3 comentarios:

  1. No quiero ser jactanciosa, pero creo entender a fondo toda esta honda apreciacion acerca de "ese lugar comun" en el cual pude que aniden mi escritos hoy por hoy. Estas palabras encajan en mi..o yo en ellas? no lo se. Son una cruda "cuchillada" a todo aquello que no tiene rigor....de poeta? No se a donde voy, pero cuidare de seguir la luz de tus palabras cocechadas en cientos de lecturas y en otro centenar de versos que yo aun no he escrito. Para ti mi admiracion. Un beso

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  2. Angelita: Somos todos, inevitablemente, las víctimas del "lugar común". Escribir es una lucha desesperanzada en contra del monstruo. Todo se vuelve repetitivo, desgastado, insulso con el tiempo. Ni Homero, ni Dante, ni Shakespeare al cabo de los siglos, se salvan completamente de él. Al final sólo tendríamos que aceptar que toda la poesía y la literatura, son una gran "fosa común". Un abrazo y gracias por estar compartiendo estas perplejidades.

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  3. Por eso uno se ve siempre,desde pequeño,como un gigante. Paso a paso, caída a caída, el monstruo, que es uno mismo, se va reduciendo, satisfactoriamente, en nada. Ahí es cuando ya está uno convencido de su escritura, de su pobreza creativa.

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